miércoles, 15 de julio de 2015

El Robot de la Iglesia

Cuento publicado en la Antología 2099-b -  Ediciones Irreverentes - España -2013


                                     


La iglesia de Todos Los Santos del siglo XXI no tenía pastor. Amalita fiel secretaria y devota comentó con las otras devotas que en el centro de la ciudad vendían robots programados para ser pastor de iglesia.
Las feligresas partieron raudas para la tienda. Allí el vendedor les explicó que había stocks de robots pero el programa debía ser encomendado a Ciudad Grande y que demoraría alrededor de veinte días en llegar, no obstante la demora las mujeres encargaron el programa  para el robot pastor.
En la reunión semanal del grupo de oración comentaron lo que habían hecho. Los demás integrantes se alegraron y propusieron hacer una campaña de difusión, encargaron  pancartas, pasacalles y  hasta un megáfono. Todos los anuncios decían: “En breve nuestro Pastor Robot – No se lo pierdan – Mayor Información con Amalita”.
Quien hacía el servicio de la iglesia provisoriamente era Elías, un pastor que había estudiado para ello pero que su verdadera vocación era la música, podemos decir que “como pastor tocaba el bajo demasiado bien”. Tenía contratos de actuación musical hasta el 2099.
Si bien Elías era un buen orador, estaba ocupado en hacer su propio marketing. Su manera de ejercer como Pastor abarcaba las siguientes acciones: Cuando debía pedir el diezmo lo hacía de manera dura y exigente. Si había algún feligrés que tuviera algún problema, lo detectaba rápidamente y ordenaba que éste fuese expulsado de la iglesia porque consideraba que no era digno de estar allí, sólo entraba aquel que derrochaba alegría y bien estar.
Los sermones aterrorizaban a los fieles, con lo cual estos quedaban más que satisfechos, cuanto más temor imponía, más ellos lo apreciaban y respetaban. Con la interpretación de la Biblia era categórico, lo que no estaba escrito en ella lo improvisaba. Convertía la Historia Sagrada en su propia historia. No se atrevían a contradecirlo, pues no iban al templo para eso. Todos sin más debían servir a la iglesia.
Demás está decir que el servicio dominical terminaba con el Pastor Elías dando un show musical y pasando la gorra como en un espectáculo callejero, el publico lo aplaudía y a veces hasta pedía BIS.
Ninguno analizaba los hechos como buenos o malos, simplemente seguían la palabra de Elías ciegamente aseverando que no estaban ahí para juzgar a nadie y menos a este buen hombre que se preocupaba por ellos.
Por fin llegó el día, el robot estaba listo y programado para ser el Pastor. Lo anunciaron con bombos y platillos. Tuvieron que vender entradas para el servicio del domingo y hasta agregaron un servicio más porque los lugares estaban agotados. Llamaban de otros pueblos reservando lugares para venir a escuchar la palabra del Robot Pastor.
Esa mañana una comitiva de devotas liderada por Amalita, llegaron bien temprano al templo para ultimar los arreglos de éste.
El Pastor Robot también estaba siendo preparado para la ceremonia en la que quedaría instaurado como el suceso del año, no solamente en el pueblo sino también en las ciudades aledañas. La prensa local y de las otras metrópolis estaban ubicadas dentro de la iglesia en un lugar preferencial junto con los fotógrafos independientes.
En un momento dado hizo su aparición Elías que haría de presentador del nuevo Pastor. Antes convocó a una votación porque el robot no tenía nombre. Resolvieron unánimemente llamarlo Eli.
Eli apareció en el centro de la nave con una música de fondo ejecutada en el bajo por  Elías. Después hubo un gran silencio en la sala. El Robot Pastor girando su cabezota metálica, dijo – Estoy muy contento de estar aquí con ustedes, espero que les guste mi servicio y que podamos ser amigos- Los fieles sonrieron y agradecieron con un amén.
El nuevo Pastor descendió la escalinata y habló – No daré mi primer sermón desde el púlpito, prefiero hacerlo aquí, cerca de ustedes, quiero sentir el calor humano y compartir la palabra de Dios desde lo más cercano de vuestra persona y de vuestro corazón –
Para esto los feligreses comenzaron a sentirse confundidos. ¿Quién era realmente ésta máquina de la cibernética? ¿Cómo es que hablaba de esa manera?, ¿Quien le escribió el discurso?
En un momento dado Eli se acercó a un feligrés y le preguntó – ¿Cómo te llamas hijo y por qué estás triste? – hubo un oh prolongado en la sala y un crujir de madera que venía de las sillas. El feligrés respondió – Me llamo Samuel señor, y estoy triste porque desde hace seis meses no tengo trabajo y no puedo alimentar ni sustentar mi familia- el pastor robot lo observó con su mirada fija y vidriosa y dijo – No te preocupes,  yo haré que el diezmo de hoy te sea dado para ayudarte, reza mucho que todo se va a solucionar, ahora dame un abrazo porque necesito sentir tú calor-. Demás está decir el aumento de murmullo que se escuchó en el recinto. Eli continuó – Les pido hagan silencio y ayuden al hermano aquí presente para que se sienta reconfortado y vuelva a recuperar su dignidad.
Elías que observaba la escena replicó – En estos casos nosotros acostumbramos a expulsar este tipo de personas problemáticas…Pastor si me permite yo puedo acompañar al hermano Samuel hasta la puerta y pedirle que no aparezca más.
Nada de eso! Exclamó el robot – Esa no es lo que Jesús predicó, según la Biblia él murió en la cruz para que nosotros aprendiéramos la lección, para que practicásemos la tolerancia y la misericordia, que protegiésemos al más débil, que le demos consuelo a los enfermos, alegría a los niños, y que seamos piadosos con los desamparados; si no fuese así el ser humano fracasará como tal en su afán de construir y destruir. Si ustedes no se ayudan entre ustedes van camino a la destrucción de vuestra propia raza, de nada servirá ni la inteligencia ni el valor; mediten sobre esto-.
Cuando finalizó de hablar el público presente estaba absorto, con los ojos fijos y agrandados observando la máquina parlante que subía las escalinatas y daba por terminado el servicio.
Amalita subió inmediatamente al púlpito y dijo – Tranquilos, por favor no se inquieten. Mañana mismo llamaré a la tienda y explicaré que el programa del robot está con defectos, o cambian el programa o devuelven el dinero. Pastor Elías, ¿Puede retomar el servicio hasta que solucionemos el inconveniente?-...  

                                                      

Nombre: Nora Ibarra

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